viernes, 1 de mayo de 2015

Blind Machine I y II





Al hablar de las Blind Machine no sé por dónde empezar; si por el gusto que tengo por la música, o el gusto por la literatura, o el gusto que me da sentarme con mis amigos a hablar de música, literatura, cine, carritos y muchas otras cosas, o por el gusto que me da el pensar que con esos mismos parceros me reúno cada sábado en la tarde a “hacer música” y luego a hablar de todo al son de una cerveza.



Después de haber pasado horas haciendo campeonatos de cartas, X-Box,  Ping-Pong, Capitán Puff, Risck, Scrabble (saludos a Alex) y otros en los balcones de la Distri o en alguna casa, siempre con una(s) botella(s) de algo y buena música sonando en algún parlante; después de haber pasado horas en las sesiones de “hablemos”, café y cigarrillos y claro, después de tantas horas de estudio (no puedo evitar sonreír, jeje), los tipos antes mencionados y yo nos dimos cuenta que la época de la universidad terminaba, que la habíamos pasado muy bueno y que, muy posiblemente, cada uno tomaría camino y todo eso quedaría atrás. Era necesario hacer algo para que no se perdiera la amistad, los buenos momentos.


De forma empírica, aprendiendo de otros amigos generalmente, cada uno sabía algo de algún instrumento musical: Yezid, Milton y Yo la seis cuerdas, Omar las cuatro, Leonard los tambores y los platos… y a todos nos gusta el rock… blanco es gallina lo pone…


Durante la época de la universidad llevamos un par de veces las guitarras y animamos borracheras, pero nunca hicimos un grupo. Yezid, Omar y Yo habíamos hecho el ridículo en una presentación “al vivo” (porro incluido a nombre de Cerati, García, Calamardo) en primer semestre. Milton y Leonard hicieron los propio (sin porro, creo) en un grupo de música andina, como en cuarto semestre.


Con semejante bagaje, en 2004, cuando todo lo de la U había terminado, decidimos hacer una banda de rock. Yo no estuve en los dos primeros ensayos de la banda ¿por qué?... es un misterio, jeje… la verdad, ninguno se acuerda, pero yo llegué como al tercer ensayo. Como ninguno es realmente músico, optamos por covers “fáciles” de tocar. La prmera canción que tuvo un sonido medianamente decente fue “Where is my Mind”, de Pixies. Esa fue una especie de himno en los primeros años. Pero ¿himno para quién? Pues para nosotros mismos, y para los amigos que nos fueron a ver a un par de bares tiempo después y que les gustaba Pixies.


Lo del nombre vino cuando tuvimos un pequeño repertorio (por el que han pasado o han intentado pasar The Strokes, REM, Pearl Jam, Pink Floyd, Pornomotora, White Stripes, Cuarteto de Nos, Molotov, Queen, AC/DC, Rage Against the Machine, Kaiser Chiefs, Soda Stereo, Fobia, Hora Local, 1280 Almas, Michael Jackson, The Cure, Offsprings, Nirvana, Bush, Los tres, Placebo, Jaguares, Cake, Bunkers, Orgy, Kings of Leon, Silver Chair, Miguel Bosé, Ataque 77, Los Concorde, Blind Mellon, Depeche Mode, Gorillaz, The Clash, Vampire Weekend, The Hives) y quisimos presentarlo. Queríamos algo que nos identificara a todos, que compartiéramos de alguna forma los cinco. Una propuesta fue “Ñoñorama” (el gusto por la lectura, los comics, el cine, las gafas, etc.). Milton y Leonard la rechazaron. Si mi memoria no me engaña, fue Leonard quien dijo algo como “si todos usamos gafas ¿por qué no nos llamamos Metropia o algo así?”.  Y como dicen, el resto es historia.


La primera presentación de Metropia en público fue en el matrimonio de Milton y Andrea. Curiosamente el novio estaba más nervioso por el toque que por el matrimonio en sí. El resto de la banda también. Pero era natural, Milton y Andrea ya vivían juntos y tenían un nene (concebido en la U y que hoy tiene sus 15 años y toca guitarra más rápido que cualquiera de nosotros y nos da palo jugando wii). El toque salió con un par de errores, pero todos quedamos contentos. Alfredo y los Flame cerraron el debut de Metropia y de paso nos mostraron lo mucho que faltaba… pero la gozamos. 


El año pasado me topé a un amigo en las salas donde ensayamos. Me dice:

- ¿Todavía ensaya con la misma banda? ¿Cuántos años llevan?

- Ensayando, 10 años.


- ¡10 años! Y ustedes qué son ¿familia?

Sin exagerar, si. Metropia es una especie de familia. Nos hemos aguantado tantas, rabietas, chocheras, promesas no cumplidas, desafines, destiempos, llegadas tarde (ni hablar de cancelar el ensayo y no avisar a los demás… no me odies, Leono), etc… que terminamos conociendo los ritmos de cada uno y asimilándolos como banda. Y esos repertorios internos de ritmos y melodías se han materializado en creaciones propias, en el “sonido metropiano”. Metropia resultó se comunión… así sea de miopes…


Sin exagerar, si. Metropia es una especie de familia. Nos hemos aguantado tantas, rabietas, chocheras, promesas no cumplidas, desafines, destiempos, llegadas tarde (ni hablar de cancelar el ensayo y no avisar a los demás… no me odies, Leono), etc… que terminamos conociendo los ritmos de cada uno y asimilándolos como banda. Y esos repertorios internos de ritmos y melodías se han materializado en creaciones propias, en el “sonido metropiano”. Metropia resultó se comunión… así sea de miopes…


En esos 10 años Metropia no perdió el rumbo. La chica de las salas de ensayo nos decía hace poco:

- Ustedes nunca salen de pelea y llevan todo ese tiempo. Aquí uno ve bandas que salen agarradas del ensayo y se acaban. Ustedes no.

- Será porque no tenemos pretensiones…


Pretensiones diferentes a reunirnos, hacer lo que sea que es nuestra música (un puñado de canciones que queremos como a hijos bobos), y disfrutar de esas dos horas donde lo único que realmente importa es justamente eso que estamos haciendo en ese momento, el “now”, que llaman… “…la música, como la novela, se desarrolla en el tiempo…” decía Aaron Copland… 


Las Blind Machine I y II (las bautizó Milton) son un tributo a los años de Metropia, a los años de alcahuetería mutua. La Dodge (Hot Wheels) es el trofes que se lleva el campeón de nuestros míticos campeonatos (ahora de wii). El actual poseedor es Leonard. La Ford (Majorette) está en la colección de Milton (sería el colmo que, siendo coleccionista no tuviera un ejemplar). Hay una tercera (igual a la Majo) en proceso, que será de mi colección.


Quedan muchas cosas por decir, pero esto ya resultó más largo de lo que pretendía. A los metropianos sólo les debo las gracias por hacer realidad el sueño adolescente de “tener banda de rock”. En realidad es una banda de amigos, una familia. Forza Metropia! 


Los videos son grabados y editados por el sexto metropiano, Alfred... gracias por eso...


2 comentarios:

  1. la música es una etapa inevitable e inolvidable,
    lo difícil es llevarla a cabo, sobre todo en grupo.
    uno cree que basta con ser amigos y compartir el gusto musical,
    pero eso es apenas el comienzo.
    luego hay que ponerse de acuerdo en el resto, que es más diícil y generalmente improbable.

    ResponderEliminar
  2. Es verdad, es una relación difícil, pero cuando cuaja, es satisfactorio (así el sonido no sea el mejor, jeje)...

    ResponderEliminar