jueves, 28 de agosto de 2014

Jeep Hot Rod Matchbox






Este modelo lo tengo desde mediados de los 90s, cuando los Matchbox ingleses llevaban años de no ser producidos y conseguirlos no era cosa fácil. En Bogotá, mis hermanos y yo sólo conocíamos a un par de vendedores que los tenían. Uno de ellos tenía un lugar llamado "Mini Toys" cerca a la 85 con 15. 





Por esos días estaba yo en el colegio y ahorraba para ir a comprar carros hasta "Mini Toys". El viaje en "dietético"era larguísimo, por una troncal de la Caracas horrible y peligrosa. El tipo atendía muy de mala gana (en Colombia muchos coleccionistas son terriblemente pedantes, como si ellos fueran los únicos con derecho a coleccionar o algo así, la verdad, no sé qué los hace tan jartos). La recompensa era encontrar modelos nuevos para la colección. El viaje de vuelta era la agonía de esperar a llegar para ubicar las compras en la repisa. 




Generalmente íbamos los viernes en la tarde. Uno de esos, llegamos al lugar y el tipo ni siquiera nos determinó, como siempre. Algo que me encantaba de ese lugar eran las maquetas de Junk Cars que tenía sobre los mostradores, eran muy detalladas y el tipo las exhibía casi como trofeos, como si en realidad no las quisiera vender.




Después de mucho escarbar, mirar y re mirar, este fue el modelo elegido. En ese momento, un Hot Wheels o un Matchbox en los almacenes de cadena estaban por los mil quinientos pesos. Este Jeep me valió veinte mil. El tipo del lugar me miraba con desprecio, como preguntándose “¿y para qué va a comprar un autito de ese precio este niño de colegio? ¡Qué desperdicio!”. Yo salí feliz con mi Jeep, no me cambiaba por nadie, a pesar de que sabía que el tipo había exagerado en el precio. De la misma forma le compré varios, haciendo de tripas corazón, pero él era casi el único que tenía esos modelos. 




No creo que el modelo se haya valorizado gran cosa en estos años. De hecho, dudo que alcance los veinticinco mil hoy. Básicamente por dos razones: 1) ya no existe la cajita en que venía y el fetichismo de algunos coleccionistas a veces hace que, en ocasiones,  la envoltura valga más que el contenido. 2) tiene varios detalles que no son del modelo original, es decir, ha sido modificado y eso, en el mudo geek, es poco menos que un pecado.



Las modificaciones son básicas. Por un lado, el motor con el que lo “publicó” Matchbox originalmente tenía cuatro tubos de escape a cada lado. Estos tubos fueron retirados por el anterior dueño. Yo habría hecho lo mismo, eran muy feos.



Otro cambio está en el timón. Alguna vez, limpiándolo, partí el timón original. Como ya lo tenía que reemplazar, decidí ponerle uno negro, de otro modelo. El otro cambio está en las luces y las direccionales delanteras, que mi hermano detalló.



La primera versión de este modelo salió en 1972 y era de color rosado. La versión en rojo se produjo entre 1974 y 1976. Luego hubo otras versiones de este Jeep con llantas tipo monster truck y en 2010 salió una versión militar.




La historia de Jeep se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando el ejército de E.U. buscaba un vehículo todo terreno pequeño que reemplazara a la motocicleta con sidecar. El ganador (después de ver propuestas de Ford y Bantam) fue el famoso Jeep Willys. Hay varias teorías sobre el origen de la palabra Jeep (la casa inicialmente se llamó Willys-Overland) pero la más aceptada es la que asegura que viene de un personaje de Popeye llamado Eugene the Jeep.



Colombia ha consagrado al Jeep Willys como uno de los modelos más representativos del país, a pesar de que muy pocos fueron ensamblados en el país, en la hoy desaparecida (gracias le damos a personajes ilustres de nuestro alto turmequé, como nuestro expresidente, activo paramilitar y hoy honorable senador de la república de Colombia, el doctor Álvaro Uribe Vélez y su pensamiento de gamonal, que dejó al país, no sólo con miles de muertos más, sino con unas relaciones internacionales espantosas que llevaron a la quiebra a gran parte de la industria nacional, gracias, doctor) Compañía Colombiana Automotriz, que algún día ensambló Fiat, Mazda, Mitsubishi, Ford y otros.



¿La razón de dicha consagración? Nuestra zona cafetera y la cultura paisa. El Jeep se convirtió en el transporte perfecto para llevar los bultos de café a través de las cordilleras. Bueno, en realidad no sólo se transporta café, el Jeep puede con lo que le pongan. En la zona cafetera el Jeep y su capacidad de batalla ha dado origen a una medida de carga: el “yipao”. Un yipao de algo, es una cantidad descomunal de ese algo, porque es la cantidad de ese algo que el jeep es capaz de cargar. Es tan popular eñ Jeep en Colombia, que por mucho tiempo cualquier 4x4 era un Jeep, no importaba si era Chevrolet, Suzuki o lo que fuera, todos eran jeeps.



La cultura paisa es barroca. Cuando uno entra a una fonda paisa, las paredes están adornadas con costales, bultos, ollas de todos los tamaños y un sinfín de accesorios y pequeños detalles que no dan lugar al descanso de la vista. Era común que en las familias paisas hubiera más de diez hijos, todos ellos “echaos pa’ lante y trabajadores”, etc, etc, etc. Ese ingradiente barroco también hace parte de lo que se considera como yipao. El yipao es barroco.



En Armenia, ciudad intermedia que queda en el corazón de la zona cafetera, ya es tradidión el desfile de yipao, con piques y todo. Antes de ver algunos ejemplos de este folclórico festival del yipao, un par de fotos más de este bello modelo.



Así se veía el modelo original, cuando salió de la Matchbox (esta foto es tomada de mercadolibre.mx), con los tubos de escape en el motor y el timón original.



Y así se ve un yipao tradicional, esta es la medida de carga de la que hablaba y esto es lo barroco a lo que me refería.



Para mayores referencias de lo que ponen a hacer a estos vehículos en las cordilleras colombianas, dejo dos videos bastante ilustrativos: El primero, es una nota periodística que vale la lena ver, y el segundo es una grabación casera de parte del evento del Yipao en Armenia, Quindío, en el 2013.